¿Alguna vez te has dicho cosas como: “Yo no tengo fuerza en el tren superior” mientras miras a alguien hacer su primera dominada? ¿O quizás “Tiene piernas más grandes que yo” cuando alguien calienta con tu 1RM en sentadilla?
En este post, te mostraré cómo cambiar tu mentalidad, superar creencias limitantes y dar pasos prácticos para lograr lo que hoy parece imposible.
Identificando tus creencias limitantes
Técnicamente, tienes razón. Si te falta fuerza en el tren superior, no podrás subirte a la barra. Y sí, tener más músculo en las piernas ayuda a mover más peso en sentadilla.
Pero muchas veces, hay algo más detrás de estos comentarios. Sentimientos no tan agradables que evitamos admitir. Te digo esto: todos sufrimos pensamientos negativos. Y cuanto antes los enfrentes, antes podrás cambiarlos.
Si alguna vez pronunciaste algo así, quiero que te detengas y analices cómo lo dijiste:
“Pueden hacer una dominada porque tienen fuerza. Yo no, así que nunca podré hacerlo” → La falta de fuerza se convirtió en tu excusa.
“Tienen fuerza, qué suerte, yo estoy construido diferente” → Como coach, te aseguro que puedes hacerlo si sigues un plan.
“Ellos tienen fuerza, yo no la tengo aunque trabajo duro” (pero entrenas 2 veces a la semana y ellos 5) → Hay un sesgo que te hace sentir derrotado; necesitas ajustar tus estándares.
Ahora, cambiemos esa perspectiva. Porque es justamente lo que te tiene atrapado.
Ejemplo para lograr lo que parece imposible
A los 30 años, estaba convencida de que nunca podría hacer una dominada porque tenia un hombro que se dislocaba desde joven. (Luego como entrenadora he escuchado otras razones: soy demasiado alto, pesado, me falta el agarre... Las razones personales para limitarse son infinitas).
Y, sin embargo, un par de años después, hice mi primera dominada estricta. Hoy tengo 44 años y puedo hacer 8-10 seguidas. Así es como lo logró:
Seguí un plan: Confió en las indicaciones de mi coach, incluso cuando los ejercicios no eran "sexy" (hice mucho Dumbbell Row y nada de los drills llamativos de Instagram).
Aproveche cada oportunidad para trabajar en fuerza: Prefería anillas difíciles e intentos de dominada fallados en lugar de muchas dominadas con grande gomas.
Fui constante: Tenía 1 hora reservada para mi en mi calendario para que nadie pueda bloquearme una reunión a esa hora. Entrene fuerza (pesas altas y ejercicios de gimnástica difíciles con poca reps) 4 veces por semana.
Cuando me ves hacer dominadas ahora y elogias mi genética por haberme hecho fuerte, estás negando todo el trabajo que puse en ello. No nació diseñada para las dominadas. De hecho, pase años pensando todo lo contrario.
Lo que ves hoy es el resultado de un plan bien ejecutado.
Usa tu frustración como motor
Cambiar tu mentalidad empieza por reconocer tus creencias limitantes. Es normal sentir frustración, pero esa emoción puede ser tu motor. Usa esa energía para presentarte a clase y dar tu mejor esfuerzo.
Recuerda: Lo que parece imposible hoy es solo cuestión de paciencia, proceso y constancia. Cada pequeño ajuste que haces hoy —una mejor posición de las rodillas, una mayor activación muscular, un mejor ángulo en un press overhead— se suma. Y, antes de lo que imaginas, habrás logrado mucho más de lo que creías posible.
Acciones prácticas: Cómo empezar
Nada sucede milagrosamente por azar, todo es consecuencia de nuestras acciones. Para la mayoría de nosotros, no viene fácil ni rápido.
Para que des tus primeros pasos, aquí tienes un mini-plan:
Define un objetivo claro. Por ejemplo: Hacer mi primera dominada en los próximos 6 meses.
Habla con tu coach. Diseñará un plan adaptado a tus necesidades y te mantendrá responsable para ejecutarlo.
Bloquea tu calendario para presentarte a clase y hacer el trabajo.
Sé consistente. Si el plan incluye 4 sesiones a la semana, no hagas 2 una semana y 6 la siguiente. La constancia es la clave.
¡Empieza hoy!
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